En 2023 nacieron 727.277 bebés en Japón; en 1947, 2,5 millones.
En 2023, nacieron 1,2 niños por mujer en promedio; en 1947, 4,5.
Para sostener la población actual, el país asiático necesita 2,07 nacimientos por mujer. El último año en que Japón estuvo por encima de esa cifra fue 1973.
Las abismales diferencias muestran cuán grave es el problema de la caída de la tasa de natalidad en Japón, donde el gobierno nacional ha decidido ampliar la ayuda financiera a las familias con hijos pequeños.
El apoyo es bueno y necesario, dice el demógrafo Ryohei Mogi a la revista Weekly Playboy en un artículo que reproduce Japan Today.
Sin embargo, Mogi considera que no hay nada nuevo en ello: es simplemente más dinero invertido en lo mismo. Y a la larga, teme que no funcionará.
La gente se casa tarde o nunca se casa, y las personas que tardan en casarse tienen menos hijos, dice Mogi.
La ayuda del gobierno apunta a gente que ya está casada, advierte.
La idea es hacer que los japoneses se casen.
Iniciativas como la del gobierno de Tokio que pronto lanzará su propia aplicación de citas para emparejar a los solteros van en esa dirección.
No obstante, Mogi alberga dudas, pues el principal enemigo del matrimonio es la falta suficiente de dinero. Un contexto de empleo a tiempo parcial, salarios bajos, inestabilidad laboral, etc., no favorece que los jóvenes se casen.
Así las cosas, la app de citas difícilmente cambiará eso.
La desigualdad de género es otro enemigo del matrimonio.
Un país donde muchas mujeres dejan de trabajar al casarse o dar a luz, o las madres hacen cinco veces más tareas domésticas que los padres, no es precisamente el más atractivo para que las jóvenes quieran ser mamás.
¿Qué propone entonces Mogi?
Crear una sociedad en la cual las personas puedan vivir como deseen y con seguridad económica. (International Press)