En julio de 2023, un local de la cadena de ramen Ikkenme cerca de la Universidad de Ibaraki cerró sus puertas.
No por falta de clientela o números en rojo, sino por el comportamiento hostil de un cliente, uno solo.
La historia comenzó en 2022 y la reseña Asahi Shimbun.
Un día de la primavera de ese año, un hombre ingresó al restaurante y luego de que le sirvieran un plato de ramen, pidió cebolla picada cada dos minutos.
Sin embargo, al rato salió del restaurante sin siquiera tocar la comida. El montón de cebolla picada estaba intacto.
Más adelante, volvió al local, pero los trabajadores lo reconocieron y se negaron a darle aderezos adicionales.
Encolerizado, el sujeto vertió condimentos y unos 500 palillos en la sopa.
El gerente del local vetó al cliente, pero este continuó yendo al restaurante y causando molestias.
En marzo de 2023, el gerente llamó a la policía.
La policía amonestó al hombre, pero la advertencia no sirvió para nada.
El hombre comenzó a llamar al restaurante al menos 20 veces al día y amenazó con matar a sus empleados y prender fuego al lugar.
Un empleado, superado por el miedo, renunció.
Las cosas habían ido demasiado lejos y se decidió clausurar el local para priorizar la vida y la seguridad de las personas, según el gerente.
Si bien el cliente fue acusado de intimidación y multado con 100.000 yenes (622 dólares) por un tribunal, el daño ya estaba hecho.
Un daño irreversible como el que también sufrió una casa de baños públicos que durante más de 50 años funcionó en la ciudad de Zama, prefectura de Kanagawa.
El establecimiento cerró el 30 de mayo, harto de los malos clientes (quejas insensatas, robos de equipos, uso sin pagar del sauna, vertido ilegal de basura, etc.).
Ambos casos ponen en evidencia cuán grave puede ser el problema que generan los usuarios con sus malos comportamientos, llegando al extremo de causar los cierres de negocios.
En 2022, el Ministerio de Trabajo de Japón publicó un manual para empresas sobre cómo lidiar con clientes abusivos.
Sin embargo, a diferencia del acoso sexual y de poder, no existe una definición legal de abuso del cliente.
El gobierno metropolitano de Tokio ha decidido ir un paso más allá con una ordenanza, en vías de aprobarse, para defender a los empleados de los malos usuarios.
Pese a que la propuesta no contiene sanciones para los infractores, los funcionarios de Tokio esperan que sirva como elemento disuasorio. (International Press)