Hace poco, Yu Himuro, representante de Ikijuku, un internado en la prefectura de Aichi que acoge a menores con problemas para ayudarlos a alcanzar la autosuficiencia, fue arrestado por usar a niños para realizar trabajos de construcción.
Uno de ellos, de 11 años, operaba una excavadora hidráulica para la empresa de construcción de Himuro.
Tras el arresto, los medios en Japón están publicando información sobre un lugar donde los niños podían fumar, beber alcohol e incluso utilizar armas de fuego.
La policía también ha arrestado a la esposa de Himuro, Yuki, y el padre de esta, Shuichi Yoshikawa, por permitir que un menor de 12 años que vive en Ikijuku tuviera en sus manos una escopeta, violando la ley de control de armas de fuego, revela el sitio News On Japan.
El hecho tuvo lugar en un barco en altamar en enero de este año.
Yoshikawa hizo que el niño disparara el arma. Su hija, que estaba en el barco con ellos, no hizo nada para detenerlo e incluso ella misma tiró, mientras su esposo grababa.
Una persona que conoce Ikijuku reveló que en el internado hay “mucha libertad” en cuanto a los horarios (para despertarse y dormir) y que los menores pueden usar sus teléfonos todo el día.
Hay niños a los que se permite fumar y beber. Incluso trabajadores del lugar compran cigarrillos para los chicos.
Después de los arrestos, alrededor de 20 niños de Ikijuku fueron trasladados a un centro de consulta infantil.
Sin embargo, excepto el menor que disparó la escopeta, todos han regresado al internado.
Para ingresar a Ikijuku se debe pagar una tarifa inicial de más de 350.000 yenes (2.200 dólares). (International Press)