“La gente honesta de Japón devolvió la cifra récord de 22.800 millones de yenes (146 millones de dólares) en efectivo extraviado en 2023”.
Así comienza una nota de la NHK que destaca cuánto dinero perdido recogieron buenos ciudadanos y lo llevaron a la policía para que el efectivo retornara a sus dueños.
Gran parte del efectivo, sin embargo, no regresó a sus propietarios.
De la cantidad mencionada, se devolvieron 15.700 millones de yenes (101 millones de dólares) a las personas que los extraviaron.
Transcurrido el plazo de tres meses para reclamar el dinero, 3.200 millones de yenes (20 millones de dólares) fueron a parar a los ciudadanos que los encontraron.
Los gobiernos locales recibieron el dinero restante luego de que quienes los hallaron se negaron a aceptarlos.
La enorme suma devuelta pone en evidencia que pese a la expansión de los sistemas de pago sin efectivo, muchos japoneses aún llevan consigo billetes y monedas, señala la emisora pública nipona.
Otro dato llamativo de la información publicada por la Agenda Nacional de Policía de Japón es que el año pasado los japoneses devolvieron 29.787.000 artículos perdidos.
La cifra, 3,15 millones más que en 2022, es un máximo histórico.
Los objetos más devueltos fueron los auriculares inalámbricos y los ventiladores portátiles. También hubo muchos dispositivos para calentar tabaco y cargadores de baterías móviles, así como paraguas.
Quizá lo más sorprendente fue la gran cantidad de mascotas perdidas y devueltas: 25.500.
Encabezaron la lista los perros (12.700), seguidos por los gatos (4.300). Entre el resto de animales hubo aves, tortugas y uno llamado petauro del azúcar (un mamífero nocturno y “de costumbres arborícolas”, según Wikipedia).
¿Cuál es el protocolo a seguir con respecto a los animales?
La policía los cuidan durante dos semanas mientras busca a sus dueños. Si estos no aparecen, los entrega a centros de bienestar animal.
Pasados los tres meses, si nadie reclama a las mascotas, el centro se queda con ellas, a menos que la persona que las encontró quiera adoptarlas.
En algunos casos, los policías se llevan a los animales a sus casas. (International Press)