En mayo, el empresario Mamoru Miyata instaló a un lado de la Ruta Nacional 176, en un terreno de su propiedad en la ciudad de Tanbasasayama, prefectura de Hyogo, dos muñecos de policía.
Uno de ellos representa a un hombre. Está sentado al lado de un radar de velocidad (falso).
El otro representa a una mujer, de pie al lado de un coche de la policía (falso).
Las figuras son tan realistas, dice Asahi Shimbun, que para darse cuenta de que no son personas hay que observarlas de cerca.
Eso sí, matiza, las policías no llevan minifaldas como la que usa la muñeca.
Miyata, propietario de una empresa que vende, alquila y fabrica esculturas de animales, creó y colocó los muñecos en la carretera para prevenir accidentes de tráfico.
Su iniciativa ha tenido un efecto disuasorio. Cuando los automovilistas o motociclistas ven a los “policías” reducen la velocidad.
No solo eso. Como sus muñecos se han hecho virales, hay conductores que se detienen para hacerles fotos. Como sea, a menor velocidad menor riesgo de accidentes.
¿No está contrariada la policía de Hyogo por el uso de su imagen?
No. Miyata preguntó antes si podía instalar los muñecos y le dieron luz verde.
Con respecto al coche patrulla falso, no tiene ningún nombre o marca que lo identifique con la policía. Incluso en una de sus puertas se lee la palabra “paz” en lugar de “policía”.
El otro objetivo de Miyata, además de la seguridad vial, es levantar el ánimo de la gente que circula y vive por el lugar.
Por eso, cerca de los muñecos hay esculturas de jirafas y pandas. (International Press)