La debilidad del yen es una bendición para los turistas extranjeros, pero una carga para los ciudadanos japoneses, pues las empresas de su país que importan materias primas trasladan los mayores costos a los consumidores aumentando los precios.
Por ello, algunas personas en Japón se han manifestado a favor de establecer una política de dos precios en restaurantes y otros negocios relacionados con el turismo: uno para los japoneses y otro, más caro, para los turistas extranjeros.
Sus defensores sostienen que de esa manera los visitantes del exterior, que se benefician de la caída del yen, contribuyen a las arcas fiscales de Japón.
Yuji Kuroiwa, gobernador de la prefectura de Kanagawa, está en contra de la iniciativa, revela el portal SoraNews24.
“Estoy firmemente en contra de esta idea. Los viajeros extranjeros son, desde la perspectiva de Japón y su gente, nuestros huéspedes. Hemos dicho durante tanto tiempo: ‘Por favor, vengan a visitarnos’, y ahora que están aquí, quieres decirles: ‘Oye, les vamos a sacar algo de dinero extra’. Es como cobrarles una multa por venir a Japón”, dijo en un programa de TV
El comentarista político Toru Hashimoto replicó que los japoneses pagan impuestos para sostener la infraestructura administrativa y los servicios de salud, entre otros,y que los turistas extranjeros deben “pagar algo” pues no pagan impuestos.
El gobernador de Kanagawa duplicó que la situación de los turistas extranjeros es la misma que la de los turistas japoneses que viajan fuera del lugar donde viven.
Kuroiwa puso un ejemplo: un japonés que va a la ciudad de Kamakura (Kanagawa) desde otra prefectura no paga impuestos a Kamakura, pero aun así puede usar los servicios de la ciudad.
Por último, SoraNews24 apunta que los turistas extranjeros sí pagan impuestos, por ejemplo cuando compran alimentos o bebidas o cuando se alojan en hoteles. (International Press)