En noviembre de 2018, un médico que trabajaba en un hospital universitario de Tokio sufrió una hemorragia subaracnoidea.
El hombre, hoy una persona en la cincuentena postrada en cama, solicitó al año siguiente ante la oficina de inspección de normas laborales de Mita que se reconociera su caso como un accidente laboral.
El médico buscaba una compensación económica atribuyendo al exceso de trabajo su estado.
Desde entonces su lucha no ha rendido frutos. Ha sido rechazado más de una vez y el hombre se prepara para presentar una demanda contra el gobierno de Japón, informa Mainichi Shimbun.
Entre uno y seis meses antes de sufrir la hemorragia, el médico realizó entre 126 y 188 horas extra mensuales, superando con holgura el límite de 80 horas a partir del cual existe el riesgo de muerte por exceso de trabajo.
Los registros incluían sus tareas de guardia y ahí está el meollo del desacuerdo entre él y las autoridades japonesas.
Mientras el médico considera que sus servicios de guardia deben considerarse como horas extra, la otra parte excluye la mayor parte de ellos de su cómputo.
El horario de guardia del médico era de 5.15 p. m. a 8:30 a. m. de la mañana siguiente (un total de 15 horas y 15 minutos).
La oficina de normas laborales, sin embargo, recortó seis de esas horas en su cálculo de zangyo, alegando que podía tomar una siesta durante ese tiempo, razón por la cual no aprobó su solicitud.
Por su parte, en enero pasado, el Ministerio de Trabajo y Salud rechazó su reclamo bajo el mismo criterio: no todas las horas de guardia podían ser consideradas como horas extra.
Se rechazó la mayor parte de su tiempo de guardia debido a que fueron principalmente “de espera”, no de tiempo efectivo de trabajo.
Al final, solo se computaron como zangyo unas 50 horas mensuales durante los tres meses anteriores al incidente. (International Press)