El 20 de enero de 2021, Yuki Ueda, un empleado del fabricante de maquinaria Hitachi Zosen, fue enviado a Tailandia para trabajar en un proyecto para construir una planta eléctrica de incineración de residuos, en el que había estado involucrado desde Japón.
El 30 de abril de ese mismo año lo encontraron muerto.
Casi tres años después, en marzo de 2024, la Oficina de Inspección de Normas Laborales de Osaka-Minami determinó que la muerte de Ueda, entonces de 27 años, fue causada por el trabajo, informa Mainichi Shimbun.
Tras la muerte de Ueda, Hitachi Zosen dijo que no podía afirmar si esta había sido un suicidio o un accidente laboral.
La familia del difunto, sin embargo, sostuvo que fue un suicidio sobre la base del testimonio de los trabajadores de la compañía según el cual el sitio donde cayó y murió no era un lugar de trabajo, y las imágenes de las cámaras de seguridad en el momento de la caída.
Entre mediados de marzo y mediados de abril, Ueda trabajó más de 100 horas extra.
Además, era reprendido continuamente por sus jefes por los errores que cometía.
El problema fue que a Ueda, enviado a Tailandia a trabajar en su especialidad (el diseño de instalaciones eléctricas), a partir de mediados de marzo lo asignaron a una operación de prueba de una planta de energía, un campo en el que no tenía experiencia ni conocimientos previos. Por ello se equivocaba constantemente.
A todo eso hay que sumarle que debido a la propagación del coronavirus en aquel momento, Ueda no realizó el entrenamiento habitual antes de su viaje a Tailandia.
Una vez en Tailandia, se sentía solo (tenía problemas de comunicación, pues no hablaba tailandés y en el lugar donde estaba poca gente sabía inglés) y pasaba sus días libres encerrado en su hotel debido a la pandemia.
Ueda escribió en su diario: “No puedo hacer mi trabajo para nada y siempre me regañan, lo cual es muy duro”.
La oficina de inspección de normas laborales concluyó que Ueda había sufrido una pesada carga psicológica por haber sido asignado a trabajar en el extranjero, hacer tareas en las que no tenía experiencia, el exceso de trabajo y las severas reprimendas por sus errores.
Ueda desarrolló una enfermedad mental y se suicidó, según la oficina.
El abogado de la familia destacó la decisión de las autoridades laborales y dijo que las empresas deben velar por el bienestar de sus empleados jóvenes que envía al extranjero.
Ueda se unió a Hitachi Zosen en 2018 después de completar sus estudios de posgrado. (International Press)