En enero, la policía de Tokio arrestó a dos mujeres y un hombre por reclutar a una japonesa para que trabajara como prostituta en Las Vegas.
La japonesa contó que antes de su experiencia en América había realizado trabajos sexuales en Arabia Saudita, Filipinas y Singapur.
La policía también averiguó que una mujer japonesa trabajaba como prostituta en Australia, desde donde al parecer enviaba dinero al hombre que la había reclutado en Japón.
Detrás de estos casos habría varios grupos criminales que han tejido redes de prostitución internacional.
En Japón, la policía está reforzando las medidas de represión contra las personas que abordan a las mujeres en la calles de los barrios de entretenimiento nocturno para ofrecerles trabajo sexual en el extranjero, informa Mainichi Shimbun.
Un oficial explica que los reclutadores aprovechan la depreciación del yen para tentar a las mujeres con la promesa de obtener ingresos más altos en el extranjero.
Esto se conecta con otro fenómeno que a menudo genera titulares en los medios japoneses: las clientas de clubes de anfitriones que contraen desmesuradas deudas por su consumo en ellos (cuentas infladas) y que para pagarlas son forzadas a prostituirse.
Ha habido casos de mujeres endeudadas que han realizado trabajos sexuales en sitios como el barrio rojo de Kabukicho.
Sin embargo, también hay casos de mujeres que viajan al extranjero para prostituirse y saldar sus deudas.
Incluso el primer ministro de Japón, Fumio Kishida, se refirió al asunto durante una presentación en el Parlamento el año pasado. (International Press)
