De un fugitivo, una persona buscada por algo tan grave como un atentado con bomba, cualquiera esperaría que intentara huir al extranjero o hacer su vida de la manera más discreta posible, alejada de la gente.
No fue el caso, sin embargo, del hombre que murió en un hospital el lunes y aseguraba ser Satoshi Kirishima, un terrorista japonés miembro del grupo de extrema izquierda Frente Armado Antijaponés de Asia Oriental, autor de una serie de ataques en la década de 1970.
Kirishima nunca se escondió, solo cambió de nombre.
Como Hiroshi Uchida trabajó en una compañía de construcción y gente que trató con él durante años comparte sus recuerdos del hombre.
Un cliente habitual de un bar que “Uchida” frecuentó durante 25 años, una vez por semana, dijo sobre él: “Aquí era muy querido”, según el sitio News On Japan.
“Uchida” no tenía teléfono celular y bromeaba: “No lo necesito. La telepatía funciona bien para mí”.
El hombre también era cliente asiduo de un restaurante, cuyo dueño dice que era conocido como “Ucchi”.
“Una vez escuché que rechazó el acercamiento de una mujer treintañera interesada en él, diciendo: ‘No soy del tipo que pueda hacer feliz a alguien’”, declaró.
Por otro lado, “Uchida” causó problemas. Los tuvo con un vecino, hoy un octogenario, que recordó que hace más de diez años, el hombre solía llegar a su casa borracho, ponía la radio a todo volumen y tocaba la guitarra (y mal).
Una vez, alrededor de la medianoche, el vecino salió de su casa para enfrentar a “Uchida”.
Comenzaron a discutir y como la cosa no parecía tener arreglo, el vecino llamó a la policía, que no se dio cuenta de que tenía enfrente a un terrorista buscado.
“Su apariencia era completamente diferente”, explicó el vecino, en alusión a la foto del joven Kirishima que publicó la policía durante su larga búsqueda.
Víctima de un cáncer terminal, el hombre fue internado en un hospital donde dijo llamarse Hiroshi Uchida. No tenía ningún documento de identificación. Luego confesó ser Satoshi Kirishima. (International Press)