El ghanés Siaw Johnson Kwaku llegó a Japón en 2016 para estudiar japonés en una escuela de idiomas. Tras graduarse, se unió a una compañía de productos alimenticios para trabajar haciendo pan.
Las cosas comenzaron a torcerse cuando desarrolló insuficiencia renal crónica. Inició un tratamiento de diálisis en 2019 y en noviembre de 2021 solicitó ayuda al municipio de Chiba después de obtener el estatus de residencia para tratamiento médico.
En diciembre de ese año, Chiba rechazó su pedido alegando que el estatus de residencia del hombre no le daba derecho al mismo trato que a los ciudadanos japoneses.
El ghanés decidió demandar al municipio por discriminación y esta semana un tribunal de Chiba desestimó su reclamación, informa Kyodo.
El equipo legal de Johnson argumentó que su cliente tenía derecho a recibir ayuda amparándose en un decreto de 1954 del Ministerio de Salud de Japón, según el cual las personas de otras nacionalidades podían recibir asistencia social.
Sin embargo, el tribunal dictaminó que no todos los extranjeros con estatus de residencia están cubiertos.
En 1990, debido a diversos factores, entre ellos el aumento del número de extranjeros en Japón, se emitió una notificación que especificaba quiénes podían recibir la ayuda: los ciudadanos extranjeros con estatus de residencia permanente, excluyendo a las personas que -como el ghanés- reciben la residencia con fines de tratamiento médico.
Tras conocerse el fallo, Johnson dijo que apelará. “No me voy a rendir. No quiero perder la esperanza”, dijo en japonés durante una conferencia de prensa.
Su abogado, Satoshi Oikawa, expresó su decepción: “Esperábamos que el fallo nos llevara hacia una sociedad de coexistencia, pero el tribunal sigue atrapado en viejas formas de pensar”.
“Queremos luchar de manera frontal por el tema del derecho a la vida de los extranjeros”, agregó.
Johnson requiere tratamiento de diálisis tres veces por semana, pero como su estatus de residencia no le permite trabajar, carece de ingresos. (International Press)