El terremoto de Kobe en 1995 le arrebató a Yuichi Suzuki, un hombre de 34 años, sus dos seres más queridos: su madre y su hermano mayor.
Su mamá murió por el sismo. Su hermano (ocho años mayor) no falleció, pero fue como si lo hubiera hecho.
Suzuki comparte su historia con Mainichi Shimbun.
Cuando se produjo el terremoto, vivía con ambos en un refugio para madres solteras.
Tras la muerte de su madre, su padre se llevó a su hermano y a él lo dejo. Suzuki creció en un hogar de acogida.
Tenía 18 años cuando le avisaron de la muerte de su papá. Intentó localizar a su hermano, pero no pudo.
“Tengo que sobrevivir solo”, pensó entonces.
Sin embargo, Suzuki logró salir adelante y construir una buena vida.
Llevó una carrera universitaria, estudió en Reino Unido y a su regreso a Japón fundó una empresa de importación y venta de juguetes.
Gracias a las amistades que forjó con el tiempo, ya no estaba solo.
Pero su vida no estaba completa. Le faltaba su hermano. Una persona fue fundamental para que se reencontrara con él.
Cuando tenía 19 años, una mujer que había trabajado en el refugio donde vivían
le contó cómo su madre lo sostenía en su regazo.
Por primera vez en su vida, Suzuki escuchó un relato que describía el amor que su madre sentía por él.
Fue un hito en su vida. Sin embargo, Suzuki seguía sin saber nada de su hermano.
Varios años después, en 2019, la mujer le dijo que había hablado por teléfono con su hermano mayor, y que este, llorando, le había dicho: “No soy digno de ver a mi hermano”.
Se sentía culpable por haber dejado solo a su hermanito.
Suzuki no veía las cosas así. “Mi hermano también ha sufrido. Quiero decirle que no le guardo rencor”, se dijo.
Transcurrieron otros cuatro años y en noviembre de 2023 ambos pudieron, por fin, reencontrarse.
Suzuki descubrió a una persona amable y le dijo algo que siempre había querido. decirle: “Quiero que vivas feliz de ahora en adelante”, sin sentimiento de culpa.
El miércoles 17, en el 29 aniversario del terremoto, Suzuki, su hermano y la mujer que sirvió de nexo entre ambos visitaron el refugio donde vivieron de niños y la tumba de su madre.
“Siempre me aterrorizaba la llegada de enero, pero ese sentimiento ya no existe”, dijo el hermano.
Suzuki cree que su madre está feliz de ver a los hermanos juntos. “Volveremos a verte juntos», le dijo.
El mismo día, Suzuki pronunció un discurso en una ceremonia por el 29 aniversario en representación de las familias afectadas por el desastre.
Con una bufanda roja que perteneció a su mamá, el hombre, sin poder contener las lágrimas, repasó su vida y expresó su gratitud por el apoyo que había recibido. (International Press)
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