Tokio rebosa de turistas en esta época de fin de año.
En declaraciones a la NHK, un viajero de Francia dice: “La comida es muy buena. La gente es muy amable”.
Lo único que lamenta es que su estadía será de solo dos semanas.
También los turistas japoneses disfrutan de Tokio. “Es mi primer viaje en mucho tiempo. Las cosas parecen estar volviendo a la vida”, dice uno.
No todo es positivo, sin embargo. El sector turístico no tiene suficiente personal para atender la creciente demanda.
Por ejemplo, una empresa de viajes en rickshaw en Asakusa perdió casi la mitad de sus conductores durante la pandemia.
Algunos han regresado, pero no alcanza: hoy tiene un 20 % menos de trabajadores que antes de la pandemia.
Así las cosas, a veces no tiene más remedio que rechazar a clientes.
La competencia por reclutar trabajadores es dura.
Sin embargo, algunos negocios están logrando capear el temporal con una medida creativa.
Es el caso de un hospedaje en la prefectura de Shizuoka que usa a sus propios clientes como mano de obra bajo el programa “trabajar mientras se viaja”.
Los huéspedes limpian y sirven la comida, entre otras tareas por las que reciben paga. Durante su estancia, pueden acceder a las aguas termales del lugar.
Un trabajador de la posada destaca que los viajeros son de “gran ayuda”, pues permite que los empleados puedan tener uno o dos días libres y mejorar la calidad de su atención a los clientes.
Por su parte, un turista japonés declaró que es bueno ayudar durante este período de fin de año de alta demanda. (International Press)
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