El riesgo de que los ancianos que tienen perros desarrollen demencia es un 40 % menor en comparación con aquellos que no tienen ninguna mascota, según una investigación realizada por el Instituto Metropolitano de Geriatría y Gerontología de Tokio.
El estudio calculó el riesgo de desarrollar la enfermedad. En el caso de las personas con perros fue de 0,6 y en el de la gente sin mascota fue de 1, revela Mainichi Shimbun.
También se analizó a las personas que tienen gatos. En ellas el riesgo de contraer demencia fue de 0,98, casi el mismo que el de quienes no tienen ninguna mascota.
Es decir, el impacto de ser dueño de un gato con respecto a la posibilidad de tener demencia es mínimo.
Volviendo a los perros, ¿cómo se explica su fuerte efecto benéfico?
Yu Taniguchi, investigador del Instituto Nacional de Estudios Ambientales y uno de los autores de la investigación, concluye que cuidar a un perro ayuda a las personas a mantener hábitos de ejercicio diario y oportunidades de socializar.
Todo ello conduce a un menor riesgo de desarrollar la enfermedad, señala.
El estudio abarcó a 11.194 personas de 65 a 84 años y examinó el porcentaje de personas que desarrollaron demencia entre 2016 y 2020. (International Press)