El Tribunal de Distrito de Tokio ordenó a Kozo Iizuka, el anciano que mató a una mujer y su hija en Tokio en 2019, pagar una reparación de 140 millones de yenes (935.000 dólares) a la familia de las víctimas.
Iizuka, de 92 años, está cumpliendo una pena de prisión de cinco años.
El 19 de abril de 2019, el hombre presionó por error el acelerador en vez del freno, se pasó un semáforo en rojo y atropelló a varias personas en una calle en Ikebukuro en un paso peatonal.
Dos de ellas, Mana Matsunaga, de 31 años, y su hija Riko, de 3, murieron.
El tribunal hizo hincapié en la grave negligencia de Iizuka, que tenía entonces 87 años.
Además, el conductor no admitió su error ni ofreció disculpas, escudándose en “excusas irrazonables”.
Tras conocerse el fallo, Takuya Matsunaga, esposo y padre de las víctimas, declaró a los medios: “Quiero decirles (a mi esposa y a mi hija) que la lucha ha terminado”.
El caso causó conmoción en la sociedad japonesa y generó debates sobre los accidentes causados por conductores de avanzada edad.
Como medida de precaución, muchos ancianos decidieron devolver sus licencias de conducir. (International Press)
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