Un panel gubernamental presentó el miércoles un borrador que busca renovar el actual programa de formación para trabajadores extranjeros, incorporando más flexibilidad y supervisión.
Esta nueva visión permitiría a los aprendices, tras un año de trabajo y alcanzando ciertos criterios de habilidad y dominio del idioma, cambiar de empleo dentro del mismo sector. Una opción no permitida en el sistema vigente.
Para evitar conflictos de interés, las organizaciones que supervisan y actúan como intermediarios no podrán tener puestos ejecutivos en las empresas receptoras de aprendices. Esta medida busca prevenir abusos recurrentes como el acoso o la falta de pago.
El borrador del proyecto estará listo en noviembre y será llevado al parlamento para su discusión el próximo año.
El propósito del nuevo sistema es claro: asegurar y fomentar el desarrollo de recursos humanos, así como potenciar habilidades. Además, busca allanar el camino hacia un sistema que permita empleo y residencia a largo plazo para los trabajadores especializados.
El programa en vigor ha mostrado rigideces, como la prohibición de cambiar de empleo y la falta de apoyo legal adecuado, causando que muchos aprendices abandonen su centro de trabajo.
La propuesta sugiere mayor vigilancia, con la posibilidad de involucrar abogados externos para monitorear a las entidades supervisoras.
Otra mejora financiera propuesta es que las empresas asuman las comisiones que ahora se recargan al aprendiz, liberándolo así de deudas que se suele contraer para venir a Japón.
Finalmente, se reportó que al cierre de junio, Japón acogía a unos 358.000 aprendices extranjeros. (RI/AG/)