El septuagenario es un cliente regular de la tienda, así que el nepalí Shrestha Sujal, un empleado de 7-Eleven en la prefectura de Fukushima, lo conoce bien.
Era 16 de septiembre y Shrestha se dio cuenta de que algo no andaba bien con el anciano. Tenía un semblante distinto del habitual y quería comprar dinero electrónico, algo que nunca había hecho.
El cliente le contó que había recibido una llamada telefónica de alguien que le había dicho que su recibo de telefonía celular había vencido y que tenía que pagar 300.000 yenes (2.000 dólares) en dinero electrónico, revela Mainichi Shimbun.
Shrestha lo disuadió de hacer la compra, diciéndole que podía ser un fraude. Acto seguido, llamó al gerente de la tienda, que estaba fuera en ese momento. Su jefe avisó a la policía.
Esta semana la policía de la ciudad de Futaba le entregó un diploma de reconocimiento en gratitud por su acción, que evitó que un anciano cayera víctima de una extendida modalidad de fraude en Japón.
El jefe de la estación de la policía local destacó el hecho de que el anciano se sintiera cómodo hablando con Shrestha gracias a que el nepalí ha logrado establecer una relación cercana con sus clientes.
Asimismo, dijo que es difícil recuperar el dinero en casos de fraude con e-money y agradeció a Shrestha.
El nepalí, que habla japonés con fluidez, recibió el reconocimiento con humildad: “No fue nada importante, pero me alegro de haber podido evitar el fraude”.
Shrestha, que también recibió el agradecimiento del anciano, fue elogiado por el gerente de la tienda, quien dijo que “siempre trabaja duro” y es “amigable”.
El nepalí lleva siete años en Japón y es graduado de una universidad en Fukushima. Trabaja en la tienda desde el otoño pasado. (International Press)
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