En 2016 comenzaron a aparecer falsos monjes del santuario Ueno Toshogu, situado en el Parque de Ueno, Tokio, que estafaban a turistas extranjeros.
En 2017 la policía arrestó a un ciudadano chino por esa razón.
Estos delitos menguaron durante la pandemia, pero desde que el número de turistas extranjeros en Japón está creciendo los estafadores han vuelto a la acción.
Los delincuentes, ataviados como monjes, se acercan a los incautos y les venden rosarios y amuletos asegurando que el dinero recaudado es una donación para ayudar a reparar el santuario, revela el sitio SoraNews24.
Hace poco, un falso monje se aproximó a una persona del extranjero y le entregó un amuleto. Creyendo que era un regalo, se lo agradeció. Sin embargo, el delincuente insistió en que tenía que pagarlo y consiguió sacarle 10.000 yenes o 67 dólares (la víctima se enteró después por un periodista de que la habían estafado).
El reportero también vio a dos mujeres vestidas de monjes que se acercaban a los turistas extranjeros.
El periodista habló con una de ellas, que le dijo que era de Tailandia. Luego se negó a responder a más preguntas, fue un baño en la estación de Ueno y salió vestida de civil.
A veces actúan en grupo. Mientras unos se acercan a los turistas extranjeros, otros vigilan.
En el santuario saben de esto, pero dicen que es difícil presentar una denuncia porque el blanco son turistas extranjeros, no directamente el templo.
Para prevenir más estafas, personal de Ueno Toshogu hace rondas por el lugar y pide a los visitantes que tengan cuidado.
Ojo, también hay monjes falsos en otras partes de Tokio y en sitios turísticos en Kioto. (International Press)
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