En junio, en un supermercado de autopago en la prefectura de Fukuoka, una mujer cogió 48 artículos (alimentos, cosméticos, etc.) por valor de 21.745 yenes (148,5 dólares).
Cuando la mujer se acercó a la caja de autopago donde debe escanear los códigos de barra de los productos para procesar los pagos, realizó movimientos sospechosos que llamaron la atención de guardias de seguridad vestidos de civil.
Resultó que la clienta era una ladrona que quería llevarse los artículos sin pagar.
Su caso no es excepcional. Los robos se han convertido en un serio problema en los negocios en Japón que ante la escasez de personal apuestan por el autopago, advierte Mainichi Shimbun.
Trial Company, una compañía con sede en Fukuoka que opera unas 280 tiendas de descuento y supermercados, ha implantado sistemas de autopago en la mayoría de sus locales.
Más del 80% de robos en sus tiendas en mayo de 2023 se produjeron en aquellas con autopago.
En estos locales, los usuarios deben escanear los códigos de barras de los artículos uno por uno en las cajas de autopago.
Los ladrones simulan que están escaneando los productos mientras cubren los códigos de barras y meten los artículos en sus bolsos.
Por lo general, en las tiendas se dan cuenta del robo cuando luego los empleados verifican los recibos y las imágenes de las cámaras de seguridad.
Incluso si un guardia se acerca a un cliente-ladrón este puede fingir que ha cometido un error por descuido.
Para neutralizar a los ladrones, Trial Company ha adoptado varias medidas, entre ellas la instalación de cámaras que muestran simultáneamente la cara y las manos del cliente, lo cual puede disuadir a un delincuente (te estamos vigilando de cerca).
El problema afecta a toda la industria, razón por la cual los negocios minoritas están compartiendo información con sus competidores sobre los robos en sus locales y las medidas preventivas que están ejecutando. Son rivales, pero tienen un adversario mayor: los delincuentes. (International Press)
