El año pasado, cuatro de cada diez empresas en Japón contrataron a personas de 70 años o más, según el Ministerio de Trabajo.
Ante el descenso y envejecimiento de la población japonesa, las empresas “han encontrado una solución: contratar a trabajadores mayores”, resalta el portal de negocios Quartz.
Hace diez años, había empresas que no los querían. La escasez de trabajadores las forzó a cambiar.
En 2013 se permitió que la edad de jubilación (60 años) se extendiera hasta los 65 años si así lo deseaban los trabajadores.
Las compañías se opusieron, pues veían la nueva medida como cinco años adicionales de costos.
¿Qué hicieron?
Por ejemplo, Sumitomo Chemical volvió a contratar a sus empleados mayores con nuevas condiciones que establecían una drástica reducción con respecto a sus salarios antiguos: 40%-50% menos.
Sin embargo, tiempo después la falta de personal cambió la correlación de fuerzas. Los empleados mayores ya no eran percibidos como una carga, sino como necesarios y hoy trabajan ganando lo mismo que antes.
Por otro lado, YKK Group, el fabricante de cremalleras más grande del mundo, eliminó en 2021 el límite de edad de jubilación para su personal.
Por su parte, la cadena de tiendas electrónicas Nojima tiene alrededor de 30 trabajadores de 70 años o más, de los cuales tres tienen al menos 80 años.
Un director de Nojima declaró al diario Nikkei que no aprovechar a los ancianos es un “desperdicio”.
Las personas de 65 años o más en Japón representan el 10,6 % de la fuerza laboral del país, muy por encima de otros países desarrollados como EE. UU. (7 %) y Alemania (4 %).
La proporción de gente mayor es significativamente alta (30 %) entre los conductores de taxis y autobuses. (International Press)
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