En junio, por primera vez desde enero de 2020, el número de turistas extranjeros en Japón superó los 2 millones mensuales.
Una buena noticia, sin duda. Sin embargo, las industrias de la hotelería y el transporte están enfrentando una grave escasez de personal.
Un estudio realizado en abril por la firma Teikoku Databank halló que el 75,5 % de hoteles -y alojamientos en general- tienen menos trabajadores regulares de los que necesitan.
En el sector de transporte, la compañía de taxis Hakone Mobility Service redujo su número de vehículos de 100 a 66 durante la pandemia debido a la fuerte caída de la demanda.
Ahora que la situación se ha normalizado, la empresa con sede en la prefectura de Kanagawa tiene problemas para contratar nuevos conductores, revela Asahi Shimbun.
Como consecuencia de ello, se forman largas filas de pasajeros a la espera de un taxi.
Todo lo que pueden hacer los empleados de Hakone Mobility Service es repartir agua embotellada y toallas a las personas que esperan bajo el sol.
Las compañías que operan autobuses en Hakone enfrentan el mismo problema: largas filas de pasajeros y escasez de choferes.
Por otro lado, el aumento del turismo extranjero está causando inconvenientes a los usuarios locales de transporte público.
Lo vive en carne propia una mujer que reside en Kioto y va al trabajo en autobús.
Un día, alrededor de 130 personas esperaban frente a la estación de Kioto para subir a un autobús que lleva a sus pasajeros a populares destinos turísticos como el templo Kiyomizudera y el barrio de Gion.
A la residente le resulta difícil viajar porque cada vez hay más turistas extranjeros con grandes maletas que suben al bus.
La estación de Kioto también está repleta de turistas extranjeros que dificultan el viaje de los residentes locales.
Ante la queja de los usuarios sobre la congestión, JR West ha aumentado de seis a diez el número de servicios de tren al día durante la temporada de verano.
Los residentes en Kioto también se han quejado de los autobuses abarrotados. (International Press)