Desde mayo de este año, seis personas han sido atacadas por delfines en la playa de Suishohama, ciudad de Mihama en Fukui. El caso más reciente ocurrió alrededor de las 4.10 horas de la madrugada de ayer domingo cuando un hombre de 60 años fue embestido por un delfín y resultó con una costilla rota.
El hombre también fue mordido en las manos, informó la cadena de TV MBS. Horas después, otro bañista sufrió mordeduras leves en el brazo y más tarde, en el mismo día, otras dos personas resultaron heridas por los mamíferos.
Los administradores de la playa han colocado carteles y están utilizando los altavoces para pedir al público no acercarse ni tocar a los delfines. Sin embargo, las solicitudes son desatendidas por algunas personas que entrar al mar con la intención de tener contacto con ellos.
Hoy lunes 17, feriado nacional en Japón por el Día del Mar, al menos un delfín volvió a acercarse a la misma playa. Punk Machida, un activista familiarizado con la vida de los animales salvajes, dijo a la televisora que puede tratarse de un delfín que se separó del grupo y que se acercó a la playa porque ha perdido el miedo a los humanos porque «se siente superior y más fuerte».
Machida advirtió que los delfines «tienen dientes afilados para atrapar peces viscosos. Pesan entre 100 y 200 kilos y nadan a velocidades de 50 a 60 km/h. Encontrarse con uno de ellos es tan peligroso como toparse con un jabalí o un oso».
El experto dijo que hace poco un ex entrenador de delfines le explicó que éstos muerden cuando están jugando o en estado de prevención. «Apuntan a los dedos de manos y pies, así que cuando se encuentre con un delfín, no abra las manos. Hay que mantenerse alejado», precisó. (RI/AG/International Press)
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