—¿De qué país eres? —pregunta con impertinencia el cliente de una tienda de ramen a otro, un joven birracial.
—Nací en Japón —responde con sequedad el aludido.
—Guau, eres un hafu (mitad), ¿eh?
—No soy un hafu, soy un daburu (doble).
—Pero bueno, eres bueno con los palillos.
El joven no contesta.
—¿Te gusta la comida japonesa?
—Sí.
El hombre murmura para sí mismo: “Hay muchos clientes gaijin (extranjeros) hoy”.
Esta escena forma parte de la película “Whole” (https://www.youtube.com/watch?v=_EsnVmDrWnM), dirigida por el cineasta Bilal Kawazoe, nacido en la prefectura de Hyogo de padre pakistaní y madre japonesa.
El filme se basa en las experiencias de Kawazoe, su hermano menor y otros jóvenes birraciales como ellos, revela Asahi Shimbun.
Han nacido y vivido toda su vida en Japón, pero no son vistos como japoneses.
“Algunas personas todavía me sorprenden con su arraigado prejuicio que les hace tratar a esos chicos como extranjeros solo por su apariencia”, subraya la persona autora del artículo en Asahi.
Sin embargo, son esas mismas personas las que cuando una persona birracial se convierte en una estrella deportiva, por ejemplo, se jacta de ella como “el orgullo de Japón”.
Una víctima del prejuicio (como el personaje de la película, como Kawazoe) fue un estudiante birracial de una escuela de secundaria en Osaka, a quien un compañero de clase dijo: “Es asqueroso cuando un hafu habla el dialecto de Kansai”.
El chico, que había crecido hablándolo, se sintió tan golpeado por el comentario que evitó hablarlo más. (International Press)