La idea de que ir a bordo del sumergible Titán para el explorar el Titanic podría ser una «misión suicida», era real.
El explorador alemán Arthur Loibl, quien estuvo una vez a bordo del “Titán”, declaró al diario Bild que se sentía «muy afortunado» de haber regresado de esa aventura.
«En retrospectiva, fue casi una misión suicida», dijo Loibl. “La primera vez que me subí al submarino, se rompió el casco de la nave por un problema eléctrico y se canceló la inmersión».
Explicó que un accesorio del «tubo de estabilización», utilizado para equilibrar el sumergible mientras descendía, se había soltado de la embarcación y había sido atado con una cuerda.
El Titán, que desapareció mientras intentaba explorar los restos del Titanic, es un producto turístico muy caro, con un costo por persona de 250.000 dólares…
Mike Reiss, creador de la popular caricatura «Los Simpson», que en julio del año pasado subió al sumergible en cuestión, narró su experiencia al New York Times: «Sentí que me estaba hundiendo como una piedra durante una hora y media. Nos dirigíamos hacia los restos del Titanic, pero la brújula comenzó a actuar de manera muy extraña. El sumergible estaba a unos 460 metros de donde debería haber estado».
El Titán, que desapareció mientras intentaba explorar los restos del Titanic, es un producto turístico muy caro, con un costo por persona de 250.000 dólares (35.450.000 yenes), y las preocupaciones sobre su seguridad se comenzaron a plantear hace varios años.
El hecho de que el submarino fuera conducido con un controlador inalámbrico para juegos llamado ‘joystick’ se convirtió en un tema candente desde el principio.
En 2018 el New York Times reveló que expertos de la industria submarina escribieron a Oceangate Expeditions advirtiendo los peligros. Se temían que un pequeño error en el equipo experimental de la empresa pudiera conducir a un gran desastre. (RI/AG/International Press)
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