El fallido atentado contra el primer ministro japonés Fumio Kishida en un puerto pesquero en la prefectura de Wakayama en abril fue posible debido a una serie de errores, según un informe elaborado por la Agencia Nacional de Policía de Japón.
La policía de Wakayama solicitó a los organizadores de la presentación de Kishida, que tenía previsto pronunciar un discurso de campaña, que establecieran un área de recepción para controlar a los asistentes e instalaran detectores de metales en el lugar.
Asimismo, pidió que se verificara el contenido de las cosas que llevaran consigo los participantes si eran grandes (una mochila, por ejemplo).
Sin embargo, los organizadores, la filial local del gobernante Partido Liberal Demócrata y una cooperativa pesquera, no cumplieron con las solicitudes, de acuerdo con el informe cuyos resultados publica Kyodo.
¿La razón? Los únicos asistentes serían miembros del partido y de la cooperativa.
No obstante, el partido y el candidato al que respaldaba Kishida hicieron público la hora y lugar en el que se presentaría el primer ministro a través de las redes sociales y sus sitios web, algo que no sabía la policía.
Uno de los asistentes, ajeno al partido y la cooperativa pesquera, fue el hombre de 24 años que lanzó el artefacto explosivo a Kishida.
La policía de Wakayama no verificó si sus pedidos habían sido atendidos ni si los organizadores habían adoptado medidas alternativas de seguridad.
El informe de la Agencia Nacional de Policía de Japón dice que las policías de cada localidad deben proporcionar a los organizadores de eventos como el de Wakayama pautas de seguridad por escrito y solicitar que los discursos de campaña se realicen en espacios bajo techo. (International Press)