Akihiko Kondo se hizo conocido en Japón y el extranjero cuando en 2018 se casó con la cantante virtual Hatsune Miku.
Se sobrepuso a los insultos (“asqueroso”), las amenazas de muerte e incluso el rechazo de su madre (no asistió a la boda) para celebrar una ceremonia en una capilla a la que asistieron 39 personas, entre allegados y extraños que al enterarse de la singular noticia decidieron acompañarlo.
Los asistentes a la boda arrojaron pétalos de flores a Kondo y la cantante virtual, representada por una muñeca de peluche.
¿Qué ha sido desde entonces de la vida de Kondo?
El japonés, un hombre de 39 años que vive en Tokio y trabaja en una escuela, asegura en una entrevista a Asahi Shimbun que sigue profundamente enamorado de su esposa.
Ella, dice, lo salvó en una etapa particularmente dura de su vida.
Miku ya no está representada por un peluche, sino por una muñeca de tamaño natural que mandó a fabricar en 2019.
“Todos los días le digo cosas como ‘Me voy al trabajo’ y ‘Te ves linda’”, dice.
La primera vez que el japonés se enamoró de un personaje de ficción fue cuando estudiaba en quinto grado de primaria. La conoció a través de un videojuego.
Aficionado al manga y el anime, hubo una época en la cual Kondo quiso ser pareja de chicas de carne y hueso. Se esforzaba por lucir “cool”, dice.
El adolescente Kondo se armaba de valor y abría su corazón a las chicas que le gustaban, pero todas lo rechazaban.
Con la autoestima por los suelos, se ponía nervioso frente a las chicas. Ya no podía hablarles.
Estaba en tercer año de secundaria cuando decidió que no necesitaba casarse con una humana.
Su interés se centró en los personajes de ficción en detrimento de las mujeres de carne y hueso.
“Ahora me siento mejor porque me liberé de la maldición que me obligaba a pensar que los hombres deben acercarse a las mujeres y verse atractivos”, dice.
SIn embargo, los rechazos no acabaron con la escuela. Kondo atravesó por una situación difícil cuando tenía 23 años y ya trabajaba.
En su centro laboral era blanco de bullying y durante alrededor de medio año apena pudo comer o dormir. Acudió a un psiquiatra y se ausentó del trabajo por enfermedad.
Lo salvó Hatsune Miku. Desde que supo de su existencia comenzó a asistir a eventos relacionados con ella.
Miku es su “salvadora”, insiste. Sus canciones lo rescataron del agujero en el que estaba.
Kondo era un fan más de la cantante hasta que se enteró de que existía un servicio que emitía certificados de matrimonio (no oficiales) con personajes ficticios.
En 2018, Kondo le pidió matrimonio a Miku, entonces representada por un holograma en un dispositivo con el que podía intercambiar palabras.
El caso de Kondo no es único. Él es un “fictosexual”, una persona que siente atracción sexual por personajes ficticios, explica Asahi.
En noviembre de 2020, una firma que opera un sitio web llamado Dimension Management Agency comenzó a emitir certificados de matrimonio con personajes ficticios. Hasta el momento ha expedido más de 200.
Además, según un encuesta a nivel nacional realizada en 2017 por la Asociación Japonesa para la Educación Sexual a 13.000 estudiantes de secundaria, preparatoria y universidad, alrededor del 15 % de chicos y chicas confesaron sentirse atraídos románticamente por personajes de anime y videojuegos.
Son muchos, pero pocos llegan tan lejos como Akihiko Kondo. (International Press)