Más de 8.000 niños extranjeros en edad escolar obligatoria en Japón no estarían asistiendo a una escuela.
Si bien la cifra publicada por el Ministerio de Educación de Japón ha caído mucho con respecto a los 20.000 de 2019, gracias a los esfuerzo de los gobiernos locales, aún queda mucho por hacer sostiene Asahi Shimbun.
En un editorial titulado “Ningún niño extranjero en Japón debe perderse una buena educación”, Asahi recuerda que el año pasado una asociación de gobiernos municipales con grandes comunidades extranjeras presentó una propuesta al Ministerio de Educación para que también sea obligatorio que los niños extranjeros reciban educación escolar.
La obligatoriedad de estudiar seis años de primaria y tres de secundaria rige para los niños japoneses, mas no para los extranjeros.
Con su propuesta, la asociación busca mayor apoyo financiero del gobierno central para reducir la cantidad de niños extranjeros que no asisten a la escuela.
Ellos pueden recibir educación de manera gratuita en escuelas de primaria o secundaria públicas.
Sin embargo, si bien hay gobiernos locales que despliegan esfuerzos para que los chicos extranjeros que residen en su jurisdicción asistan a clases, más de la mitad no interactúa con familias extranjeras con niños en edad escolar, advierte Asahi.
Ahora bien, conseguir que los niños extranjeros reciban educación es solo el primer paso. Luego, “es vital garantizar que haya un ambiente de aprendizaje saludable” para ellos.
Esto significa, según el medio, aprovechar todos los recursos posibles para ayudarlos a aprender el idioma japonés y “adquirir otros conocimientos y habilidades necesarios para disfrutar de los beneficios de la educación en Japón”.
Un niño sin educación puede convertirse en una persona aislada de la sociedad y, por ende, más vulnerable, algo que “no debe permitirse, al margen de la nacionalidad”.
Por otro lado, no se trata solo de los derechos de los afectados. Que se inserten en el sistema educativa japonés también beneficia a Japón: “A medida que la población continúa reduciéndose, los niños extranjeros bien educados se convertirán en recursos humanos valiosos para el futuro”. (International Press)