Una noche en el distrito de Sakae, ciudad de Nagoya, un hombre se acerca a una mujer en la calle y le pregunta si quiere ir a un bar.
No es una invitación a salir. El hombre trabaja en el bar y una de sus funciones es pisar la calle y atraer a transeúntes al local de bebida.
Lo que el hombre no sabe es que la mujer es una policía vestida de civil, trabajando de incógnito.
La policía arresta al joven por violar una ordenanza en Nagoya que prohíbe a trabajadores de bares de acompañantes o anfitrionas atraer a clientes en la calle, revela el portal SoraNews24.
El hombre resulta ser un profesor de medio tiempo de una escuela de secundaria pública en la ciudad.
En Nagoya, un maestro de tiempo completo en una escuela pública es considerado como servidor público y debe pedir permiso para realizar un trabajo adicional.
La disposición no se aplica a los profesores de medio tiempo, como el protagonista de la noticia.
Sin embargo, el empleo adicional de un maestro a jornada parcial no debe “socavar la credibilidad” de su trabajo docente o impedir que cumpla con “devoción” su labor educadora.
¿Trabajar enganchando clientes para un bar en la calle socava la credibilidad de su trabajo docente? La ley puede prestarse a varias interpretaciones.
A juzgar por quienes lo conocen, el hombre hace su trabajo con diligencia y jamás ha causado problemas en la escuela.
Sin embargo, si bien su trabajo en un bar no necesariamente lo condena a ojos de las autoridades educativas de Nagoya, el hecho de haber sido arrestado sería considerado demasiado grave como para pasarlo por alto y no despedirlo de la escuela. (International Press)
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