Hideji Suzuki, exdirector de una asociación de intercambio juvenil entre Japón y China, pasó 2.279 días en una prisión china, condenado por espionaje.
Suzuki publicará el próximo lunes un libro sobre su experiencia en China.
El hombre cree que existe un espía para China en la Agencia de Inteligencia de Seguridad Pública de Japón. Lo dice en su obra, revela Mainichi Shimbun.
Esta persona habría estado detrás de su arresto.
Suzuki cuenta que cuando fue interrogado por el Ministerio de Seguridad del Estado de China, la agencia de inteligencia del país, le mostraron alrededor de 20 fotos de funcionarios de la Agencia de Inteligencia de Seguridad Pública de Japón. Todas eran imágenes de documentos de identificación.
¿Cómo así los chinos tenían copias de las identificaciones de funcionarios de la agencia de inteligencia japonesa?
Explicación: alguien dentro de la agencia habría filtrado la información a la inteligencia china.
Además, un diplomático chino al que Suzuki conocía de la embajada china en Tokio (y también acusado de espionaje) le dijo que había un espía dentro de la Agencia de Inteligencia de Seguridad Pública. Y no era una persona cualquiera, sino un pez gordo.
“No es un espía ordinario, es un espía de considerable magnitud, porque lo que le dije a la Agencia de Inteligencia de Seguridad Pública se filtró a China”, le aseguró a Suzuki.
Mainichi se contactó con la agencia de inteligencia japonesa, pero esta se abstuvo de comentar el tema.
Volviendo a Suzuki, China lo condenó tras concluir que fue enviado por la Agencia de Inteligencia de Seguridad Pública de Japón (que el gobierno chino considera como una organización de espionaje), que pasó información sobre China a la agencia y que recibió dinero por ello.
Suzuki, sin embargo, sostiene que nunca cumplió ninguna tarea para la agencia de inteligencia (a la que no considera una organización de espionaje), y donde tenía un conocido.
En resumen, dice que todo lo referido al espionaje por el que se le condenó en China fue una invención. (International Press)