Agujeros en la seguridad de dignatarios en Japón… no se revisó el equipaje de los asistentes

El atacante tuvo tiempo de encender la mecha y lanzar la bomba hacia Kishida

Momento de la caída de la bomba detrás de Kishida.

El nuevo ataque contra el primer ministro Fumio Kishida, evidentemente revela una grave agujero en la seguridad.

Ryuji Kimura, el hombre de 24 años sospechoso de llevar a cabo el ataque, se mezcló con la multitud de antemano y se acercó a Kishida a una distancia de unos 10 metros antes de lanzar una bomba artesanal que pudo haber causado una masacre.


Las imágenes de vídeo tomadas en la escena muestran un objeto de metal cilíndrico, posiblemente una tubería con tapas enroscadas en los lados y una mecha, que cayó exactamente a espaldas del primer ministro. Unos segundos después el artefacto detonó causando un fuerte estruendo.

Fotografías muestra un artefacto muy similar a una «bomba de tubería» que suele rellenarse con pólvora u otros explosivos. Su sellado hermético causa una gran presión y una explosión. La fragmentación del metal del tubo se convierte en metralla que puede matar.

La bomba que quedó sobre el piso del terminal pesquero fue la segunda que Kimura quiso lanzar contra Kishida. Intentaba prender la mecha cuando fue atenazado por el cuello por un pescador y por otro civil. Este acto evitó que, por segundos, el ataque se convirtiera en una tragedia.


El plan en este caso fue preparado por la Policía de la Prefectura de Wakayama y aprobado por la agencia de policía, pero evidentemente tuvo errores graves.

Las medidas de la policía para mantener al sospechoso alejado de Kishida no fueron estrictos, y tampoco sirvieron para evaluar adecuadamente los riesgos que representaba el lugar.

Después del asesinato del ex primer ministro, Shinzo Abe, el 8 de julio de 2022, la Agencia Nacional de Policía renovó sus reglas que ahora exigen a la policía local preparar un plan de seguridad antes de que un dignatario visite un sitio y permita que la agencia realice una inspección previa.

El plan en este caso fue preparado por la Policía de la Prefectura de Wakayama y aprobado por la agencia de policía, pero evidentemente tuvo errores graves.


Primero, al sospechoso pudo acercarse a Kishida en el terminal pesquero donde se habían reunido unas 200 personas para escuchar hablar al primer ministro. El diario Nikkei sostiene que aunque el terminal tiene varios cientos de metros cuadrados de ancho, la audiencia, incluido el sospechoso, pudieron acercarse a Kishida antes de que comenzara el discurso.

La aglutinación de público pudo haber evitado que los guardaespaldas logren identificar al sospechoso quien tuvo tiempo para encender la mecha de la primera bomba que lanzó.


La policía de la prefectura de Wakayama dijo que no reconoció al sospechoso como un riesgo para la seguridad, aunque el joven, que llevaba una mochila, llegó al lugar solo y «se notaba porque no era local», según una mujer que estaba allí.  El incidente podría haberse evitado si la policía hubiera interrogado a Kimura.

no se realizó ningún registro a los asistentes. Todas las bolsas de mano, mochilas y otros equipajes tuvieron que haberse registrado y cada persona debió haber pasado por un detector de metales.

También hubo problemas para evaluar la seguridad del puerto. Se supone que la Agencia Nacional de Policía y la policía local tuvieron que realizar controles de seguridad antes de la llegada del dignatario a la escena.

Estas inspecciones se introdujeron después de que Shinzo Abe fue asesinado, pero esta vez no se realizó ningún registro a los asistentes, tal como ordenaba el plan básico de seguridad. Todas las bolsas de mano, mochilas y otros equipajes tuvieron que haber sido registrados y cada persona debió haber pasado por un detector de metales.

El área de los espectadores estaba rodeada por un cordón de un metro de alto, pero las personas podían entrar y salir del lugar en cualquier punto trepando por encima, dijeron testigos.

Un dirigente del capítulo de Wakayama del Partido Liberal Democrático, que organizó el evento, dijo: «No era práctico chequear a todas las personas, debido a la dificultad de concentrarse en sus movimientos». En las conversaciones previas al evento, la policía de la prefectura no exigió la realización de inspecciones de equipaje, agregó el dirigente.

En los EEUU y Europa, los discursos electorales se llevan a cabo principalmente en interiores y, a menudo, se utilizan detectores de metales para verificar las pertenencias personales de los asistentes, incluyendo niños. Teniendo en cuenta los ataques con armas y bombas, el personal de seguridad usa perros para revisar el área en busca de explosivos antes del evento.

Sin ir muy lejos, los grandes eventos musicales en Tokio e incluso ferias internacionales alimentos y bebidas como Foodex, que cada años se hace en Makuhari Messe, personal privado de seguridad revisa las pertenencias de todas las personas que ingresan al recinto. Con el primer ministro japonés no ocurrió nada de ello.

En otros países, los policías vestidos de civil y los guardias de seguridad a menudo se mezclan entre los espectadores para detectar sospechosos. Hideto Osanai, director regional de Asia de la Asociación Internacional de Guardaespaldas, dijo al Nikkei que «en Japón, todavía hay pocas suposiciones de que los dignatarios serán atacados con explosivos».

Ayer lunes, la policía de la prefectura de Wakayama detuvo a Kimura con el cargo de «obstrucción de negocios por la fuerza», desestimando la presunción de que la «bomba de tubo» es potencialmente mortal. (RI/AG/International Press)


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