Con alrededor de 280 millones de personas, Indonesia es el cuarto país más poblado del mundo. Cada año su población crece en unos tres millones.
En Japón, el año pasado nacieron menos de 800 mil bebés, un mínimo histórico, y las personas de 65 años o más representan el 28 % de los habitantes.
Por un lado, un país con cada vez mayor población y sin suficiente empleo para todos, y por el otro uno que envejece y cuya fuerza laboral está en declive.
Uno tiene lo que el otro necesita y para eso existen escuelas como la de Siti Maesaroh, una indonesia de 24 años, en Yakarta.
Maesaroh se prepara para ser una cuidadora de ancianos en Japón, revela Reuters.
En una de las clases (que incluye la enseñanza del idioma japonés), participa en un juego de roles con un compañero que simula ser una persona mayor.
Maesaroh ofrece una bandeja con una taza y dos tazones al “anciano”, y le pregunta en japonés si quiere palillos y una cuchara para comer.
“Creo que la razón por la que Japón nos elige es porque los jóvenes indonesios son muy capaces de cuidar a los ancianos”, declara Maesaroh a Reuters.
La escuela fue creada en 2022 y entrena a jóvenes interesados en unirse a un programa impulsado por el gobierno de Japón para reclutar a extranjeros con habilidades específicas con el fin de trabajar en áreas como el del cuidado de personas, donde hay una escasez de mano de obra.
Forman parte del sistema en Japón más de 16.000 indonesios. Por nacionalidad, solo son superados por los vietnamitas.
La directora de la escuela destaca que el intercambio beneficia a ambos países (International Press)
