Si la fiscalía general de Tokio apela la decisión del Tribunal Superior de Tokio de ordenar un nuevo juicio a Iwao Hakamada, el caso migraría al Tribunal Supremo de Japón.
Con ello, se alejaría la posibilidad de que en un nuevo proceso saliera a la luz la probable inocencia de Hakamada, un hombre que estuvo 48 años en prisión y fue condenado a muerte por el asesinato de cuatro personas en 1966.
El hombre tiene 87 años y su defensa busca que el juicio se realice rápido, antes de que muera.
Los abogados de Hakamada visitaron la Fiscalía General de Tokio el jueves para pedir que no apelen la decisión del Tribunal Superior de Tokio, informa la NHK.
Durante una conferencia de prensa, los defensores del octogenario hicieron hincapié en un punto que consideran clave.
Más de un año después del asesinato del ejecutivo de un fabricante de miso en Shizuoka y tres miembros de su familia, se hallaron en un tanque de miso cinco prendas de vestir manchadas de sangre que -según la fiscalía- pertenecían a Hakamada.
Los acusadores sostienen que a través de un experimento con una tela manchada de sangre empapada en miso durante más de un año se probó que es posible que el color rojo oscuro permanezca.
Sin embargo, la defensa afirma que -según una prueba realizada- las manchas de sangre empapadas en miso durante mucho tiempo pierden su color. En cambio, el color que se mantiene es el del miso.
Es decir, el rojo oscuro de las prendas no es el color de la sangre, como dicen los fiscales, sino el color del miso, asegura la defensa.
Hakamada era empleado del fabricante de miso. Arrestado en 1966, fue liberado en 2014, cuando un tribunal decidió reabrir su caso.
Desde entonces, los defensores del hombre y la fiscalía libran una batalla legal con fallos a favor de unos y otros. (International Press)
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