En noviembre del año pasado, el Ministerio de Transporte de Japón elevó el nivel máximo de la tarifa base para los taxis de tamaño estándar en los 23 distritos de Tokio y dos ciudades contiguas a 500 yenes (3,6 dólares), un 14 % más.
El incremento era necesario para que las compañías de taxi mejorasen sus servicios y las condiciones laborales de sus conductores, según el ministerio, revela la NHK.
Dos compañías, sin embargo, Royal Limousine y Japan Premium Tokyo, se negaron a subir sus tarifas base.
¿La razón? Podían perder clientes asiduos si subían tanto sus tarifas.
Para evitar posibles sanciones por parte del gobierno (como la anulación del permiso para operar), ambas empresas recurrieron a un tribunal para solicitar una orden judicial que las protegiera de los castigos.
El Tribunal de Distrito de Tokio les ha dado la razón ordenando al gobierno de Japón que por el momento no sancione a las compañías mencionadas.
La decisión del gobierno de subir las tarifas de los taxis en Tokio no es razonable, sostiene el tribunal, puesto que obliga a las empresas a aumentar sus precios independientemente de su situación.
El director de Royal Limousine destacó que la decisión judicial hace patente la ilegalidad de la medida del gobierno.
El gobierno aún no se ha pronunciado formalmente con respecto a la orden del tribunal, pues primero tiene que analizarla. (International Press)