El hombre sospechoso de matar al ex primer ministro japonés Shinzo Abe en julio fue acusado de asesinato el viernes. Tetsuya Yamagami, de 42 años, también fue acusado por los fiscales por presunta violación de la Ley de Control de Armas de Fuego y Espadas.
Yamagami fue detenido inmediatamente después de disparar contra Abe durante un discurso en la ciudad de Nara, el 8 de julio del año pasado. A lo largo de cinco meses, fue sometido a exámenes sobre su estado mental y físico en un centro de detención en la prefectura de Osaka. Después de que concluyó las pruebas el martes, fue trasladado a una estación de policía en la prefectura de Nara.
Con base en el examen, la policía determinó que Yamagami era legalmente cuerdo. Es probable que sea juzgado bajo el sistema de jueces legos de Japón, en el que el juez principal es asistido por ciudadanos comunes.
El sospechoso usó en el ataque una pistola artesanal de unos 40 centímetros de largo y en su residencia se encontraron otros objetos que se cree eran armas hechas a mano.
Las investigaciones han revelado que Yamagami actuó contra Abe motivado por un profundo rencor por los supuestos vínculos del ex primer ministro tenía con la Iglesia de la Unificación.
La familia de Yamagami sufrió la ruina financiera después de que su madre, seguidora de la iglesia, donara más de 100 millones de yenes (unos 775.000 dólares) al grupo, lo que llevó a la familia a la bancarrota.
El acusado afirmó que vivía en la pobreza lo que le provocó una poderosa animadversión contra la iglesia. «Pensé que Abe estaba conectado con el culto», dijo el sospechoso durante los interrogatorios.
Según las fuentes de la policía, Yamagami no tuvo problemas de salud durante los cinco meses y medio de su detención y pasó su tiempo leyendo libros y estudiando inglés. Dijo que hizo muchas preguntas sobre la antigua Iglesia de la Unificación durante la entrevista con el médico que le tomaba los exámenes, y que una vez le dijo a quienes lo rodeaban que aún estaba «disgustado». (RI/NI/)