En 2023 Sakie Yokota cumplirá 87 años, la edad que tenía su esposo cuando murió.
Él falleció sin que pudiera cumplir su anhelo de ver nuevamente a su hija Megumi, secuestrada en 1977 por Corea del Norte cuando tenía 13 años.
Sakie no quiere que le pase lo mismo, y su hijo Tatsuya, en nombre de las familias de los 12 japoneses secuestrados por la dictadura norcoreana en las décadas de 1970 y 1980, advirtió de que el tiempo se está acabando para resolver el problema.
De los padres de las víctimas, solo sobreviven Sakie y Akihiro Arimoto, de 94 años, padre de Keiko Arimoto, revela la NHK.
El gobierno japonés ha reconocido que el tiempo apremia a medida que las familias de los secuestrados envejecen y se comprometió a buscar una solución rápida.
Sin embargo, para Tatsuya Yokota no hubo en 2022 ningún progreso visible en la resolución del problema, cuya demora dijo no entender.
Con respecto a su hermana, afirmó que nadie ha podido verificar su paradero desde su secuestro.
Yokota también habló sobre el deterioro físico de su madre, a quien le cuesta caminar y que a veces se lastima tras tropezarse con algo, para evidenciar la necesidad de que la situación se arregle lo antes posible.
Hace cuatro años, recordó, el grupo de los familiares le envió un mensaje al líder norcoreano, Kim Jong-un, en el que se comprometió a no preguntar a los secuestrados sobre la vida en Corea del Norte cuando regresen (qué vieron, qué escucharon) y a no revelar secretos de ese país.
El grupo aún espera que el mensaje contribuya a que el gobierno norcoreano ceda para poner fin a la larga agonía. (International Press)