El primer ministro japonés, Fumio Kishida, está enfrentando una abierta y nunca vista disidencia en un gabinete de gobierno por su llamado a aumentar los impuestos para financiar el gasto de defensa. Los ministros contrarios sostienen que es demasiado pronto para hablar de imponer tal carga al público.
Entre los críticos más abiertos está su ministra a cargo de la seguridad económica, Sanae Takaichi, quien recientemente tuiteó que «no puede entender las intenciones del primer ministro al hacer comentarios en este momento que desalientan el crecimiento de los salarios».
企業が賃上げや投資をしたら、お金が回り、結果的に税収も増えます。再来年以降の防衛費財源なら、景況を見ながらじっくり考える時間はあります。賃上げマインドを冷やす発言を、このタイミングで発信された総理の真意が理解出来ません。
— 高市早苗 (@takaichi_sanae) December 10, 2022
Takaichi, quien es una ávida defensora de un mayor gasto en defensa, mantuvo sus críticas el martes y dijo en una conferencia de prensa después de una reunión del gabinete que «no he dicho nada malo».
«El primer ministro tiene el poder de elegir su gabinete, así que si me despiden, que así sea», dijo.
La agencia AP dijo que comentarios como estos subrayan la dificultad que ha tenido Kishida para mantener a raya a su Partido Liberal Democrático desde que la muerte del ex primer ministro Shinzo Abe, en julio de este año, dejó a su facción, la más grande del PLD, sin un líder claro con quien trabajar en asuntos políticos.
El conflicto por la financiación corre el riesgo de empantanar el debate más importante sobre qué tipos de capacidades necesita Japón para contrarrestar la amenaza china.
«NO ERA EL MOMENTO»
Takaichi dijo que había discutido el tema con Kishida el lunes y que ambos acordaron que se necesitaba una fuente estable de financiación. El problema era el momento: el gobierno debería esperar y ver cómo resultan las negociaciones salariales anuales de la próxima primavera antes de hablar de un aumento de impuestos, argumentó.
Según Takaichi, el primer ministro respondió que incluso si no se planea ningún aumento para el año fiscal 2023, se le debe decir al público de manera directa y honesta que tendrá que compartir parte de la carga financiera.
Ninguno de los dos predecesores inmediatos de Kishida, Abe y Yoshihide Suga, enfrentó tal desacuerdo público de su propio gabinete sobre las propuestas de políticas.
EL ORIGEN DEL PROBLEMA
Gran parte del problema proviene de los miembros de la antigua facción de Abe que ven a Kishida desperdiciando los esfuerzos para aumentar los gastos de defensa realizados por el ex primer ministro asesinado. Abe había abogado por gastar al menos el 2% del producto interno bruto en defensa y usar bonos para cubrir el déficit como al menos una fuente de financiación inicial.
Yasutoshi Nishimura, ministro de Economía, Comercio e Industria, se encuentra entre los miembros de la facción Abe que ha pedido cautela en respuesta a la charla sobre el aumento de impuestos. Ayer, dijo que espera ver una «discusión equilibrada» sobre el tema, «sin sofocar el crecimiento de los salarios o la inversión y considerando la carga para el público en general». (AG/RI/NI/)