“Hoy no vamos a sufrir”, declaró un hincha argentino a un reportero de ESPN en Qatar poco antes del partido de su selección contra Croacia.
Proféticas palabras. A diferencia de sus enfrentamientos contra Países Bajos y Australia, cuando parecía tenerlo todo controlado con dos goles de ventaja y terminó sufriendo, Argentina goleó 3-0 a Croacia sin susto.
De la mano de un gigante Messi, que abrió el marcador de penal e inventó una asistencia de fábula en el tercer gol, y un Julián Álvarez que se consagró convirtiendo por partida doble y provocando un penal, Argentina ya está en la final del Mundial (https://www.youtube.com/watch?v=xNjKT-sEcFs).
La primera media hora del partido no hacía presagiar la fiesta sin sobresaltos que se avecinaba. Hasta entonces, era un 0-0 parejo y gris, con una mayor posesión de balón por parte de Croacia y una única oportunidad clara de gol por parte de Argentina: un disparo con rosca de Enzo Fernández que desvió Livakovic.
El partido cambió en el minuto 33 cuando el 9 de Argentina fue derribado por el arquero croata en el área y Messi anotó su quinto gol en el Mundial.
Cinco minutos después, Julián hizo el gol de su vida: arrancó al galope un contraataque en propia cancha, esprintó hasta el arco rival eludiendo todos los obstáculos en su camino (con la ayuda de compañeros que atrajeron marcas) y batió a Livakovic.
El partido alcanzó su cénit en el minuto 69 cuando Julián anotó el tercer gol de Argentina tras una jugada de antología de Messi, que le pintó la cara a Gvardiol (uno de los mejores defensas de la Copa del Mundo) en una baldosa.
Ahí se acabó el duelo. Croacia porfió, pero nunca puso en riesgo el triunfo de Argentina, que se dio el lujo de meter en cancha a suplentes que hasta entonces no habían tenido un solo minuto de juego.
Ahora Argentina espera al ganador de Francia-Marruecos. La gloria está cada vez más cerca para Messi y su equipo. (International Press)
