Quiero darle algo divertido a mi hijo, pensó Ayumi Nakanishi hace unos 10 años e hizo unas galletas con forma de dedo, inspirándose en unos dulces que vio en una fiesta de Halloween cuando estaba en Estados Unidos.
Allí empezó todo, revela Ayumi, dueña de una confitería en Osaka, a Asahi Shimbun.
La mujer publicó fotos de las galletas en sus redes sociales. Atraídos por su peculiar forma, sus amigos le pidieron que hiciera galletas para ellos.
Comenzó a hacer negocios con sus dulces, que amplió a gelatinas de globos oculares y pasteles de queso con cerebro.
Creció tanto la demanda, que en 2014 Ayumi renunció a su trabajo en un hotel para crear su propia confitería.
La mujer solo atendía pedidos en línea, pero muchos le pedían que vendiera sus dulces en una tienda física.
Ayumi decidió entonces ofrecer sus dulces a través de una máquina expendedora, y gracias a la cámara de comercio local llegó hasta el Servicio de Monorriel de Osaka.
La operadora de trenes aceptó la propuesta por la singularidad de unos productos que no se podían encontrar en ninguna otra parte.
Sin embargo, también existía la preocupación de que los dulces, debido a sus formas, no fueran aceptadas por el público.
Finalmente, la máquina, pintada con grandes globos oculares inyectados en sangre, fue inaugurada en agosto en una estación de Osaka Monorail.
Fue un día de felicidad para Ayumi, su sueño se había cumplido. Lo que vino después fue mejor aún y la demanda superó todas sus expectativas.
La mujer de 43 años tenía que reabastecer la máquina a diario. Un día que lo estaba haciendo, un hombre de Tokio que estaba en Osaka por negocios compró tres cajas de dulces porque -le dijo- se veían divertidos.
Chocolates con forma de globo ocular por 500 yenes (3,4 dólares), galletas con forma de dedo a 600 yenes (4 dólares) u oreja a 500 yenes son algunos de los artículos que se pueden adquirir en la popular máquina.
Ayumi se está preparando para Halloween. (International Press)
