La moneda japonesa volvió a debilitarse en el mercado de divisas de Tokio para llegar a 151 yenes frente al dólar, una cotización que renueva el récord desde agosto de 1990, hace 32 años.
Los inversores continúan comprando dólares y vendiendo yenes, una operación que les está resultando ventajosa.
Esto ocurrió luego que las tasas de interés a largo plazo en EEUU volvieron a aumentar y que el Banco de Japón dijera que no cambiaría su política monetaria ultra laxa.
Esta mañana, el ministro de FInanzas de Japón, Shunichi Suzuki, dijo que «la rápida y unilateral depreciación del yen no es deseable» y que «la excesiva volatilidad de la moneda japonesa, debido a la especulación, es inaceptable». (RI/)