El Índice de Precios al Consumidor (IPC) de Japón subió un 2,8% en agosto para alcanzar el ritmo anual más rápido en casi ocho años, dijeron hoy datos de gobierno.
Si bien el IPC superó el objetivo del 2% del banco central durante cinco meses consecutivos, es poco probable que el Banco de Japón (BOJ) eleve las tasas de interés en el corto plazo, ya que el crecimiento de los salarios y el consumo sigue siendo débil, dijeron los analistas citados por Reuters.
El aumento del índice, que excluye los alimentos frescos volátiles pero incluye los costos del combustible, fue ligeramente mayor que el pronóstico medio del mercado de un aumento del 2,7 % y siguió a un aumento del 2,4 % en julio. Fue el ritmo de aumento más rápido desde octubre de 2014.
El llamado índice «core core», que elimina los costos de los alimentos frescos y la energía, subió un 1,6% en agosto respecto al año anterior, acelerándose desde el 1,2% en julio y marcando el ritmo anual más rápido desde 2015.
La inflación general alcanzó el 3% en agosto, la más alta desde 1991, lo que subraya el efecto que sufren los consumidores por el aumento del costo de vida. Los analistas sostienen que hay más techo aún para el aumento de la inflación.
La debilidad del yen, que antes era bien recibida para apuntalar las exportaciones, se ha convertido en un problema local porque perjudica a los minoristas y consumidores al inflar los precios ya crecientes del combustible y los alimentos importados.
Japón se expandió un 3,5% anualizado en el segundo trimestre, más fuerte que la estimación preliminar, pero su recuperación ha sido más lenta que la de muchos otros países. (AG/)