La muerte en 2013 de la reportera de la NHK, Miwa Sado, de 31 años, por exceso de trabajo, no se tradujo lamentablemente en una mejora de las condiciones labores de los empleados de la emisora pública japonesa.
Seis años después, en octubre de 2019, un reportero de la NHK, un hombre en la cuarentena, murió repentinamente en su casa.
Este mes, la compañía japonesa dijo que la Oficina de Inspección de Normas Laborales de Shibuya, en Tokio, atribuyó la muerte del hombre al exceso de trabajo, según Mainichi Shimbun.
En los cinco meses anteriores a su muerte, el reportero trabajó en promedio 92 horas extras mensuales.
El hombre era reportero principal en la cobertura de las actividades del gobierno metropolitano de Tokio.
Justo antes de morir, el reportero cubría noticias relacionadas con los Juegos Olímpicos de Tokio, la elección de la Cámara de Consejeros y los daños causados por un tifón en la región de Kanto.
Un día de octubre de 2019 el hombre no despertó en su casa y fue trasladado de urgencia a un hospital, donde poco después falleció.
En la NHK no percibieron ninguna señal de que estuviera mal. Incluso trabajó hasta un día antes.
No se ha revelado la causa exacta de la muerte del reportero por deseo de la familia.
Una ejecutiva de la emisora, encargada de supervisar asuntos referidos al personal, ofreció disculpas por la muerte del empleado, quien -de acuerdo con las personas que trabajaban con él, incluyendo a sus subordinados- era muy apreciado.
Por su parte, la familia espera que la NHK extraiga lecciones de la tragedia para que mejore su cultura corporativa y no permita un ambiente de trabajo en el cual sus empleados arriesguen sus vidas. (International Press)
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