La depreciación de la moneda japonesa sigue imparable. Hoy en el mercado de divisas de Tokio, el dólar cerró la jornada a las 17.00 horas en 140,24-26 yenes, 96 centavos más que la jornada anterior.
Frente al euro, el yen se cotizó a 140,08-12, que son 39 centavos más que ayer.
Anoche, en el mercado cambiario de New York la moneda japonesa también cayó al nivel de los 140 yenes por dólar por primera vez en 24 años.
Detrás de la aceleración de la caída del yen se encuentra la fuerte postura del Tesoro de EEUU a favor del aumento de las tasas de interés. Además, los temores de una desaceleración o recesión mundial de la economía están haciendo que el dinero regrese a los EEUU aumentando así el valor del dólar.
Otro detonante para que la moneda japonesa llegara anoche al nivel de los 140 yenes por dólar en New York fue que el índice de confianza empresarial de los fabricantes estadounidenses en agosto superó las expectativas del mercado. Los operadores se están sintiendo más seguros bajo el paraguas y los fuertes mensajes que rodean el dólar frente a otras monedas.
El yen es una de las divisas afectadas. Ayer, mientras el dólar subió un 0,9%, el yen cayó 1,4%. El Nikkei dijo que entre las 25 monedas top, el yen fue la cuarta con la depreciación más rápida.
¿CUÁL ES EL PUNTO DE INFLEXIÓN DEL DÓLAR?
Muchos operadores del mercado de divisas opinan que, a menos que haya un cambio drástico en las posturas monetarias de EEUU y Japón, será difícil imaginar que la tendencia de la caída del yen y la apreciación del yen se detengan repentinamente.
Altos funcionarios del Tesoro estadounidense opinan que las tasas de interés no se reducirán hasta fines de 2023 y hay voces que sitúan esas tasas por encima del 4% a principios del próximo año.
Los economistas en Tokio recordaron la historia del tipo de cambio del yen. En 1998, no habiendo un punto claro de inflexión tal como ocurre ahora, el yen llegó a 147,60 por dólar. Si la tendencia de la debilidad del yen continúa, es probable que el rango de 145 yenes sea la próximo objetivo. Si esto fuera así, sería necesario volver antes al nivel de 150 a 160 yenes por dólar de la primavera y el verano de 1990.
Sin embargo, no se consideraría sorprendente que el gobierno y el Banco de Japón intervengan masivamente en la compra de yenes para detener su depreciación. Ya se hizo así en 1997 y 1998 para mantener el cambio en el nivel de los 130 yenes. (NI/)
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