Un día después de su amplia victoria en las elecciones a la Cámara de Consejeros, el primer ministro de Japón, Fumio Kishida, anunció que redoblará sus esfuerzos para introducir cambios en la Constitución pacifista del país.
La Constitución japonesa fue aprobada tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, bajo la influencia de Estados Unidos, y establece que Japón renuncia a la guerra como derecho soberano de la nación.
Las declaraciones de Kishida alertaron a China, que advirtió de que la medida “conduciría a la remilitarización de Japón”, informó Kyodo.
“Esperamos que Japón aprenda seriamente las lecciones de la historia, se adhiera al camino del desarrollo pacífico y tome acciones concretas que ganen la confianza de sus vecinos asiáticos y de la comunidad internacional”, dijo el vocero del Ministerio de Asuntos Exteriores chino.
Antes y durante la IIGM Japón fue una potencia imperial. Corea y China fueron dos de sus víctimas en Asia.
Para modificar la Constitución, Kishida necesita mayorías de dos tercios en ambas cámaras de la Dieta y una votación favorable en un referéndum nacional.
Actualmente, los partidarios de la modificación constitucional tienen una mayoría de dos tercios en la Cámara de Representantes.
Este año se conmemora el 50 aniversario de la normalización de las relaciones diplomáticas de Japón con China.
Japón rompió sus vínculos diplomáticos con Taiwán para establecerlos con China en 1972. (International Press)
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