En mayo de 2020, cuando las escuelas en Japón reabrieron tras una suspensión por la pandemia de coronavirus, la junta educativa municipal de Fukuoka notificó a las escuelas bajo su jurisdicción que durante el almuerzo los estudiantes no debían conversar ni sentarse uno frente al otro.
Más de dos años después, la mayoría de las escuelas de primaria municipales todavía mantiene los llamados “almuerzos silenciosos”, revela Mainichi Shimbun.
Sin embargo, la semana pasada, el alcalde de Fukuoka, Soichiro Takashima, dijo a los medios que “la educación alimentaria y nutricional no se trata solo de nutrirse, sino que también incluye la conversación”.
Los almuerzo silenciosos, añadió, son “una práctica excepcional que solo se toma debido a la emergencia del coronavirus”.
El pasado lunes, las autoridades educativas de la ciudad japonesa notificaron a las escuelas que los alumnos ya pueden conversar durante el almuerzo (siempre que no hagan mucho ruido).
Las carpetas de los estudiantes deben seguir apuntando hacia el frente, pero los menores pueden girar hacia un lado para hablar con un compañero.
El cambio de las autoridades locales obedece a la caída de la incidencia del coronavirus en Japón, así como a la preocupación de que prohibir a los niños hablar con sus compañeros durante la comida afecte su desarrollo social.
El director de una de las escuelas celebró la medida: “Hace mucho tiempo que se come en silencio. Espero que la hora del almuerzo escolar feliz regrese pronto”.
No todos, sin embargo, están a favor del cambio. La madre de una niña que estudia en tercer grado de primaria dice que su hija está acostumbrada a comer en silencio y que espera que lo siga haciendo para evitar un posible contagio.
La mujer asegura que su hija no se siente sola por comer en silencio, pues en casa tiene “reuniones familiares”.
En la prefectura de Miyazaki, la junta educativa ha dejado sin efecto la solicitud de mantener los almuerzos silenciosos en los colegios. (International Press)
