Más de 1.000 personas participaron el domingo en una ceremonia que se realizó en Okinawa para conmemorar el 50 aniversario del retorno de la prefectura a Japón tras estar en poder de Estados Unidos entre 1945 y 1972.
El gobernador de Okinawa, Denny Tamaki, manifestó que pese a los 50 años transcurridos, su prefectura aún soporta un exceso de carga en alusión a las bases militares estadounidenses en territorio okinawense.
Alrededor del 70 % de la superficie que ocupan las instalaciones militares de EEUU en todo Japón corresponde a suelo okinawense.
Tamaki exhortó al gobierno de Japón a desplegar “esfuerzos sinceros” para hacer de Okinawa una isla “pacífica y próspera”.
La abultada presencia militar estadounidense en la isla origina problemas a los residentes locales, como accidentes de tráfico, delitos cometidos por soldados estadounidenses, ruido de las aeronaves, etc.
Por su parte, el primer ministro de Japón, Fumio Kishida, que también participó en la ceremonia, reconoció la gran carga que soporta Okinawa y se comprometió a hacer un “progreso visible” para aliviarla, pero manteniendo la fuerza disuasoria que representa la alianza de seguridad Japón-Estados Unidos.
Asimismo, Kishida se comprometió a trabajar para fortalecer la economía okinawense y aprovechar todo su potencial. El ingreso per cápita en Okinawa es la más baja de las 47 prefecturas japonesas.
El emperador Naruhito y la emperatriz Masako participaron de forma remota. “Espero que un sector más amplio de japoneses, incluido a la generación joven, profundice aún más su comprensión de Okinawa”, dijo el emperador. (International Press)
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