A fines del año pasado, la embajada de Estados Unidos en Japón alertó a través de un tuit de que había recibido quejas de extranjeros que habían sido detenidos, interrogados y registrados por la policía japonesa por su apariencia.
Debido a ello, la Agencia Nacional de Policía de Japón notificó a los departamentos de policía de las prefecturas del país que no intercepten a una persona para interrogarla únicamente porque creen que su apariencia de extranjera la hace sospechosa, revela Kyodo.
Una investigación llevada a cabo por el Colegio de Abogados de Tokio halló que el 62,9 % de 2.094 personas con ancestros extranjeros habían sido interrogadas por la policía en los últimos cinco años.
Una de las víctimas de la discriminación policial fue un profesor de inglés, de madre japonesa y padre bahameño, detenido por un policía en Tokio el año pasado para interrogarlo.
Cuando el hombre le preguntó al policía por qué lo quería interrogar, el agente le dijo que, de acuerdo con la experiencia policial, “muchas personas con rastas llevan drogas”.
Tras una larga discusión con el policía, el profesor accedió a que revisara su mochila. No había drogas.
La desagradable experiencia ha hecho mella en él.
“Aunque no he hecho nada malo, ahora cada vez que pasa un policía me pongo tenso”, revela.
Si bien reconoce la labor de la policía para mantener la seguridad pública, el profesor dice: “Siento que si no eres un ‘japonés puro’, siempre serás visto con desconfianza (por la policía)”.
Otro incidente de discriminación llegó hasta el Parlamento japonés en marzo, cuando un legislador de oposición cuestionó al gobierno por la actuación de un policía, que había detenido el automóvil de un hombre para pedirle su licencia porque le parecía “raro ver a un extranjero conduciendo”. (International Press)