Las férreas restricciones fronterizas impuestas por Japón para contener la propagación del coronavirus impidió el ingreso al país de cientos de miles de extranjeros.
Una de las personas perjudicadas fue una mujer de 22 años de Indonesia, que tenía previsto arribar a Japón en 2020 para convertirse en cuidadora.
Hoy, tras la flexibilización de los controles fronterizos, la joven está en Japón, en la prefectura de Nagano.
La mujer forma parte de un grupo de 20 indonesios que el martes participaron en una clase de idioma japonés en la que estuvo presente la NHK.
La joven declaró a la emisora pública japonesa que después de una espera de dos años está feliz de poder estar en Japón.
La aprendiz dijo que estudiará duro para superar el examen y calificar como cuidadora.
Una organización que agrupa a centros para el cuidado de personas en Nagano tiene a su cargo la capacitación de 80 aprendices extranjeros que después de un periodo de dos meses de formación comenzarán a hacer prácticas.
Así como la joven indonesia estaba feliz de haber podido viajar a Japón tras la larga espera de dos años, la jefa de la organización que lleva a cabo el entrenamiento de los extranjeros, Yoko Amari, dijo sentirse también feliz por el arribo de los aprendices.
Amari espera que los extranjeros estudien duro para aprobar el examen. (International Press)