Al menos 37 empresas japonesas planean suspender o reducir sus operaciones comerciales en Rusia a causa de la invasión de Ucrania, según datos de Taikoku Databank hasta el 15 de marzo.
El grupo representa alrededor de la quinta parte de las 168 compañías principales japonesas que han entrado al mercado ruso.
Según un alto funcionario de la Organización de Comercio Exterior de Japón, «los movimientos para salir o suspender las operaciones en Rusia están comenzando a aumentar».
Se calcula que en el futuro, la respuesta a los altos precios de las materias primas y las dificultades en la cadena de suministro van a plantear un serio desafío a las empresas extranjeras que permanecen en Rusia.
Bridgestone ha comenzado a reorganizar su cadena global de adquisición de material para la fabricación de neumáticos, principalmente en Europa, incluyendo su producción rusa, informó el Nikkei
Hitachi Construction Machinery está considerando cambios en las rutas de envío para las entregas de productos a la Comunidad de Estados Independientes, una región que incluye a Rusia y otras antiguas naciones soviéticas.
Hasta ahora ha estado enviando una parte de los productos a través de Rusia, pero ese camino se ha vuelto menos factible debido a la interrupción de la logística debido a las sanciones.
Las compañías aéreas japonesas All Nippon Airways y Japan Airlines han desviado vuelos a Europa para evitar el espacio aéreo ruso. Las compañías tomaron en cuenta el riesgo de que un avión no pueda obtener las piezas necesarias en caso de un aterrizaje de emergencia en territorio ruso.
A nivel internacional, más de 450 empresas abandonaron o redujeron sus operaciones en Rusia hasta ayer 23 de marzo, según un recuento de la Escuela de Administración de Yale.
Entre las empresas japonesas, Japan Tobacco, que fabrica cigarros de la marca Camel en Rusia, está preparándose para una producción alternativa. En Rusia, JT tiene cuatro plantas.
KPMG FAS, una consultora de gestión con base en Tokio, advirtió que los «riesgos geopolíticos en la zona no serán fenómenos temporales», por lo que considera que las empresas debería «reelaborar la cadena de suministro» bajo el supuesto de las cosas no volverán a ser como antes. (NI/RI/)