7 miembros del Ejército Rojo Japonés, una organización terrorista fundada en 1971, son prófugos de la justicia japonesa.
Aunque la agrupación de extrema izquierda ya no existe, la policía de Tokio busca a los fugitivos y ha solicitado la ayuda del público a través de un video en las redes sociales y afiches en lugares públicos como estaciones de tren.
Las imágenes muestran a los siete terroristas en fotos de archivo y cómo se verían hoy, ya septuagenarios.
“Miembros del Ejército Rojo Japonés todavía están prófugos y pueden vivir en algún lugar cerca de ti”, advierte la policía. El caso, subraya, aún no ha terminado.
El Ejército Rojo es autor de varios ataques terroristas en el exterior, como la toma de la embajada de Francia en Países Bajos, en 1974, y del consulado de Estados Unidos en Kuala Lumpur, Malasia, en 1975, recuerda Associated Press.
En Japón, en 1972, provocaron la crisis de rehenes de Asama Sanso, en un refugio de montaña en la prefectura de Nagano, donde dos policías murieron.
Uno de los siete buscados es Kunio Bando, de 75 años. Arrestado tras el incidente de Asama Sanso, el hombre fue liberado más adelante y huyó a Argelia después del secuestro en 1977 de un vuelo de Japan Airlines.
Otro de los prófugos, Kozo Okamoto, de 74 años, participó en un ataque terrorista en un aeropuerto de Israel que mató a alrededor de 100 personas.
Dentro unos meses será liberada la lideresa del grupo, Fusako Shigenobu, de 76 años, condenada a 20 años de prisión por planear la toma de la embajada de Francia en Países Bajos.
La mujer fue arrestada en 2000. Pese a que al año siguiente declaró la disolución del Ejército Rojo Japonés, la policía sospecha que los terroristas japoneses mantienen vínculos con organizaciones extremistas del extranjero. (International Press)
