Durante las vacaciones de invierno, las escuelas en Japón no necesitan leche para los almuerzos escolares. Si a ello le sumamos el impacto de la pandemia de coronavirus, habrá un exceso de oferta de leche fresca en el periodo de Año Nuevo en el país.
Para evitar el desperdicio de miles de toneladas de leche, un creciente número de productores está donando su excedente a comedores para niños y bancos de alimentos, resalta Mainichi Shimbun.
La Federación Nacional de Asociaciones de Cooperativas Agrícolas y la asociación de productores y vendedores de leche de la región de Kanto se han aliado para donar el próximo mes 230.000 cartones de leche (unas 43 toneladas) a locales que ofrecen comida gratuita o barata a niños en nueve prefecturas y a alrededor de 150 bancos de alimentos.
La decisión de ayudar ha sido bien recibida por los futuros beneficiarios. “La leche ayuda a los niños a crecer, por eso estoy muy agradecido por el apoyo”, dice uno de los mensajes enviados a la federación.
Por su parte, Yotsuba Milk Products, productor con sede en Hokkaido, donará alrededor de 20 toneladas de productos lácteos a 11 bancos de alimentos en Hokkaido y Tokio durante la temporada de Año Nuevo.
Mientras tanto, el fabricante de productos lácteos Toyama Alpen Nyugyo, con sede en Toyama, proporcionará alrededor de 19.000 cartones de leche (unas 3,8 toneladas) a 90 comedores para niños y hogares de ancianos, entre otros sitios. “Solo queremos ayudar, aunque sea un poco”, dice Toshiyuki Higuchi, presidente de la compañía.
Los fabricantes de productos lácteos como la mantequilla solo pueden absorber una parte del excedente. De acuerdo con cálculos realizados en octubre por la Asociación de Productos Lácteos de Japón, incluso si todas las fábricas de lácteos del país funcionaran a tiempo completo, habría un excedente de 5.000 toneladas de leche fresca para fines de diciembre que se tendría que botar. (International Press)
